Un estudio en un hospital veterinario académico muestra un aumento en la prescripción adecuada y destaca la influencia de las guías clínicas en la práctica veterinaria, en este caso del American College of Veterinary Internal Medicine.
Un reciente estudio realizado en un hospital veterinario académico ha demostrado cambios significativos en las prácticas de prescripción del inhibidor de la bomba de protones (PPI), omeprazol, en perros, antes y después de la publicación de la declaración de consenso del Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria (ACVIM) sobre el uso racional de protectores gastrointestinales.
La investigación evaluó retrospectivamente las prácticas de prescripción de omeprazol durante los años 2017 y 2021, seleccionando estos años para reflejar un período de 12 meses antes y después de la publicación de la declaración de consenso. Se seleccionaron al azar cien perros de cada año para analizar la dosis, la frecuencia de administración, la duración del tratamiento, la prescripción concurrente de más de un gastroprotector y las indicaciones para prescribir omeprazol.
Los resultados mostraron un aumento significativo en los casos que recibieron omeprazol cada 12 horas o que experimentaron una reducción gradual de la dosis después de un tratamiento de ≥4 semanas, detectado tras la publicación de la declaración de consenso de la ACVIM en 2018. Respecto a las indicaciones, también se observó un incremento significativo en la prescripción adecuada de omeprazol en el segundo período de estudio comparado con el primero. Quince de los dieciséis clínicos (94 %) involucrados en la prescripción de omeprazol indicaron que la lectura de la declaración de consenso había cambiado su práctica clínica en relación con la administración de PPI en perros.
Estos resultados apoyan el impacto positivo de la declaración de consenso de la ACVIM en la prescripción juiciosa de omeprazol en un hospital veterinario académico.
Sin embargo, se advierte que estos resultados no deben extrapolarse a prácticas veterinarias de primera opinión y se deben realizar esfuerzos adicionales para asegurar que los PPI se prescriban prudentemente, con una indicación clara y una revisión regular de la adecuación de su administración continuada para minimizar posibles riesgos e interacciones farmacológicas adversas.